El turismo social se considera, como
una actividad propia de la sociedad industrial, la cual genera una variedad de
recursos y beneficios.
La automatización del aparato productivo, hace que el
hombre disponga de un mayor tiempo libre, el cual puede dedicarlo a la práctica
del turismo y la recreación. Debe destacarse el turismo social, como
fenómeno de la redistribución de la riqueza, ya que su desarrollo exige una
determinada oferta de acuerdo a la realidad económica y social de la población.
Muchos países han considerado al
turismo social de gran importancia política y económica para sus naciones,
hasta el punto de que, algunos de ellos han concebido una legislación,
concentrada en un órgano exclusivo del propio estado.
Ejemplo de ello, puede
mencionarse a Bélgica, país de gran tradición del turismo social. También merecen ser mencionados países como
Suiza y Dinamarca que mayormente ha fomentado el sistema de turismo social,
pues lo desarrollan en forma descentralizadas.
Para el Congreso Internacional
el Turismo se considera como un conjunto de relaciones los cuales se originan
mediante la participación de la población, basándose económicamente en el
conjunto de medidas para las cuales se hace posible y se facilita dicha
participación.

